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Bogotá, redes de movimiento y cultara para el nuevomilenio

by Eduardo Parra Chavarro

Una vez finalizada la época de la colonia española, que dejo tan agradable herencia histórica en el centro de la ciudad como lo es el Barrio de La Candelaria, se inicio por una parte de la sociedad un alejamiento de nuestras costumbres y de nuestro legado colonial para olvidar el estado opresivo de la sociedad colombiana durante años. Miramientos y coqueteos con sociedades europeas como la francesa y la inglesa hicieron que nuevas influencias llenaran las mentes de arquitectos y constructores; así fue como llegaron a estas tierras los tejados inclinados de tradición francesa en un lugar en el que nunca habría nieve, casas victorianas que compartían con aquellas originarias la tenue luz de la capital colombiana y la constante lluvia de la tarde, barrios residenciales de época que buscaban dar una nueva identidad urbana como manifiesto de una nueva clase de porvenir cultural, economico y social demandado por la sociedad colombiana post colonial.

En su tejido urbano es fácil reconocer las influencias de diferentes estilos arquitectónicos y hasta a veces la interpretación literal de estas influencias; una colección de ensayos que mantenían la formula en un contexto distinto. Una ciudad como la Bogotá de los años sesenta no presentaba ninguno de los fenómenos que las ciudades europeas ya habían experimentado gracias a la masiva llegada de personas provenientes del campo durante la revolución industrial, se podría decir que era una ciudad inventada, una ciudad que no daba lugar al azar característico de cualquier gran metrópoli; los desarrollos urbanos estaban bien diferenciados, los diferentes barrios eran uniformes y muchas veces desarrollados bajo una misma tipologia de edificación.

Ahora y desde hace cuarenta años no es una revolución industrial lo que hace que Bogotá se expanda sino una revolución de tipo político e ideológico que se gesta en las zonas olvidadas del territorio en las que el urbanismo aun no esta presente, una realidad que ha generado en las grandes ciudades un crecimiento que por primera vez en una ciudad como Bogotá era impredecible. Gran parte de este crecimiento desmesurado se debe al fenómeno de los desplazados, gente venida de todas las zonas rurales del país iniciaba la construcción de sus propias casas y barrios en zonas de invasión; muchos de estos barrios en la actualidad han sido ya legalizados y han obtenido a la fuerza un sitio en el planeamiento urbano de Bogotá.

Desde hace cinco años la cara de la ciudad ha empezado a cambiar drásticamente, así como también la mente de los ciudadanos que ya no ven a Bogotá como algo ofensivo e incontrolable, sino algo que puede ser y aun no es. Hoy en día la ciudad es un aglomerado de sucesos urbanos; comercio en casas de estilo ingles que alguna vez pertenecieron a familias burguesas, casas en las laderas de los imponentes cerros orientales de la ciudad y parques en donde antes solo había casas contaminadas con avisos y anuncios de neón. El Alcalde Enrique Peñalosa inicio estos cambios dentro de los que se encuentran dos de suma importancia: la Red de Bibliotecas Metropolitanas de la ciudad y el Sistema de Transporte masivo TRANSMILENIO.

La Red de Bibliotecas plantea la construcción de cuatro bibliotecas metropolitanas de las cuales ya se han construido tres: la Biblioteca Pública Virgilio Barco, la Biblioteca Pública El Tintal y la Biblioteca Pública El Tunal, falta así la construcción de la Biblioteca que será realizada en el noroccidente de la ciudad en la localidad de Suba. La intención es que esta nueva red de bibliotecas trabaje de manera conjunta con la Biblioteca Luis Angel Arango, la biblioteca más grande y mejor dotada de la ciudad obra del arquitecto German Samper, y que a su vez sean los nodos de otras bibliotecas de carácter local o llamadas bibliotecas de barrio.

Estas nuevas arquitecturas quieren también incidir en aquellos puntos que no se caracterizan por ser un estrato socio-económico alto, no están rodeadas de costosas edificaciones sino de humildes construcciones pertenecientes a las clases trabajadoras de la ciudad, es un intento por utilizar esa propiedad intrínseca de la arquitectura de educar la mentalidad e
incrementar el sentido de pertenencia y bienestar a esas personas que vienen de lejos. El emplazamiento limpio y amplio rodeado de espacios de calidad urbana notable es el común denominador de las bibliotecas metropolitanas; edificios que se pueden contemplar desde varios puntos cercamos a la zona que recuerdan a los habitantes que ya forman parte de la metrópoli.

Otro de los aspectos es como esta red literaria se organiza junto a una red de transportes masivo, ya que con las fases ya realizadas del sistema de transportes y aquellas que están por ser realizadas, las cuatro bibliotecas de la ciudad no permanecen inaccesibles a las personas, ya no es una excusa la falta de transportes; es un planeamiento conjunto entre un sistema de equipamientos culturales y un sistema de infraestructura urbana. El Sistema de transportes comunica a los habitantes de la ciudad con la Red de Bibliotecas y estas a su vez comunican a los habitantes con el conocimiento y la educación, aspectos necesarios para crear una sociedad abierta, plural y más justa.